"Educación y Aprendizaje sin fin"

Nuestro aprendizaje no tiene fin, todos los días aprendemos algo nuevo si es que deseamos hacerlo; un hecho concreto de esto que estoy diciendo, es poder estar en estos momentos capacitándome en el aprovechamiento de las TIC's.

sábado, 21 de junio de 2008

Computación ¿SI o NO?

COMPUTACIÓN: EL DESAFÍO DE APRENDER". CLARÍN.
13/5/85 HILDA WEISSMANN
"La introducción de las computadoras en la escuela es probablemente uno de los
hechos que provocan hoy en día mayores discusiones en la comunidad educativa.
Aferrados fanáticamente a sus respectivas posiciones están quienes opinan que será la salvadora de la educación; que los que lleguen al siglo XXI sin saber computación serán como los analfabetos del siglo XX, que la máquina modifica la forma de aprender y de pensar. "No quiero que mi hijo sea un discapacitado mental" dijo textualmente un papá cuyo hijo acababa de cumplir 8 años, mientras lo inscribía en un curso de enseñanza de la computación.
En el otro extremo se encuentran los que opinan que es una moda a la que unos pocos pueden acceder; que agudiza las diferencias sociales entre los chicos, que estimula conductas solitarias, que tiende a suprimir la función del docente. Más allá del análisis de cada una de estas posiciones, es un hecho innegable que la escuela sigue siendo una institución conservadora que tiende en, primera instancia, a rechazar el cambio. Recordemos las resistencias para introducir la matemática moderna, la gramática estructural, el uso de las calculadoras o la libre expresión plástica, que aun hoy para muchos maestros parece ser una
propuesta apropiada y acotada a las clases de actividades plásticas pero "no para el cuaderno", donde queda "más prolijo y más lindo" pegar una figurita. ¿Quizás porque los próceres no se dibujan?
En todo caso, el temor a toda clase de cambio, los prejuicios, nos están haciendo
perder la fascinante oportunidad de crear, de equivocarnos y, a partir de los errores y aciertos, inventar nuevas propuestas, modelos educativos, métodos de aprendizaje. Mal se podrá desarrollar en los alumnos la tan mentada "actitud favorable al cambio" cuando la propia escuela transmite una actitud paralizante. Obviamente, no dejo de reconocer, con esta afirmación, la actitud individual de muchos docentes y escuelas que no entran en esta descripción y que, por el contrario, luchan creativamente por un cambio en la educación. Es también cierto que la inclusión de las computadoras, insertas en una estructura tradicional, no
hacen más que convertirla en una isla, como una propuesta disociada del resto del quehacer educativo, casi como una concesión que tranquiliza a los modernizantes sin perturbar su entorno pero que, como toda isla, no logrará crecer ni transformarlo.
Un ejemplo es el dictado de la matemática, donde es frecuente que los maestros
enseñen "teoría de conjuntos" durante marzo y abril y continúen desarrollando el resto de los contenidos con un enfoque absolutamente tradicional, desvinculado de la teoría conjuntista.
Es por ello que la computación por sí misma no podrá transformar la educación; tanto es así que también es posible enseñar computación con un criterio tradicional.
DEFICIT
Pero la realidad nos muestra un país con un alto déficit en construcciones escolares que, entre otras consecuencias, determina que algunas escuelas secundarias tengan divisiones de hasta cincuenta alumnos, con un bajísimo presupuesto para la adquisición y reposición de recursos didácticos. En circunstancias semejantes es obvio que queda librado a la colaboración
de los padres, a través de las cooperadoras, la compra de elementos básicos, con incapacidad presupuestaria para plantear un amplio plan de becas para disminuir uno de los factores fundamentales de la deserción escolar. Pareciera entonces que plantear un plan extensivo de enseñanza de la computación no responde a las necesidades prioritarias en materia educativa.
Es, sin embargo, fundamental transformar los prejuicios en juicios. Crear spacios
experimentales, en una muestra realmente significativa que abarque todo el país y a todos los grupos sociales, e insertándola simultáneamente en instituciones que plantean proyectos renovadores en todas las áreas de aprendizaje y, paralelamente, en escuelas que podríamos llamar tradicionales. Recién entonces, y junto con un proyecto de evaluación permanente, se hará la luz acerca de los beneficios potenciales de la enseñanza de la computación.
Pero no todos son prejuicios en tanto hay ya un camino hecho que, aunque reciente, no deja de ser menos valioso. Me refiero a la experiencia que tanto en el extranjero como en nuestro país vienen desarrollando diferentes grupos.
Coincido con aquellos que piensan que sólo es significativo el aprendizaje a través de la computación cuando es el propio sujeto quien programa la computadora. Como ante cualquier situación de aprendizaje, el chico, el adolescente, son sujetos que aprenden básicamente a través de su accionar, que construyen sus categorías de pensamiento a medida
que pueden resolver interrogantes. Conocer es el resultado de un proceso constructivo en el transcurso del cual se van generando los instrumentos intelectuales que lo hacen posible y que son, a su vez, generadores de nuevas formas de conocimiento. Un sujeto activo es aquel que compara, incluye, clasifica, predice, comprueba, reformula. La computadora no lo califica; el
chico no teme equivocarse. Cada "error" implica un nuevo desafío de aprendizaje, es algo sobre lo que debe seguir pensando.
Finalmente, y retomando el planteo inicial, pienso que es absolutamente falsa la
dicotomía computadoras ¿sí o no? Ningún producto de la tecnología es de por sí negativo o positivo. Es un medio, dependerá del uso, y, en este caso particular, dentro de que proyecto educativo se inserte para decidir cuándo y cómo incluir masivamente la computación en la escuela argentina."


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